La caballería de la incertidumbre
El jueves 4 de septiembre se llevó a cabo una conferencia para recordar la sensación de que alguien te esta mirando... aunque estés encerrado, con llave y solo en tu pieza. Contando con la presencia de seis rectores invitados (el número de la bestia parece estar a menudo en ocasiones como esta), el rector (quizás su doble) V.C. y dos estudiantes miembros de la CONFECh: Leandro Paredes y Keila Huito. Estos caballeros, pertenecen a una especie de secta de gran poderío llamada CRUCH (Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas), que tiene una similitud a la palabra “crush” (“triturar” en ingles) y a una marca de bebida la cual les da poderes.
Pasó que los rectores demostraron su grandeza, diciendo que sus universidades producen el 80% de la investigación científica del país, conocimiento que nace y se mantiene mayoritariamente en el mundo académico mientras gran parte de la población carece de educación. Expresaron que para ellos la culpa de que muchos jóvenes carezcan de educación se debe a la prostitución y a lo adictivos que son los programas infantiles en la televisión, pero en resumidas cuentas le echaron la culpa al centralismo en Santiago y a la falta de ayuda que les da el Estado, algo curioso siendo que se han esforzado bastante por lograr la privatización de sus universidades.
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José Rodríguez Pérez, rector de la UTFSM, nos deja con una duda después de dos comentarios que hizo, a partir de que tanto la educación como la vida son derechos:
“Vaya a la feria y dígale al frutero que no puede lucrar con los alimentos que le dan la vida”
“No es lo mismo vender papas que vender la educación”
Encuentre las 7 diferencias.
O mejor analice ¿Se debe lucrar con algún derecho?
Hubo exposiciones más educativas como la de Patricio Sanhueza, de la UPLA, quien planteo desarrollo de la educación a través de la historia, los cambios desde la Constitución de 1833, a la de 1980, y como llegó a ser tutifruti a medio podrir que conocemos hoy. En esto tubo que ver el “Consenso de Washington” donde Chile se comprometió a reducir el gasto público, y los gastos del Estado en general. A esto se le suma la reforma provisional, donde estos gastos se disminuyen aún más, dando paso cada vez más a las fuerzas de los privados. Como consecuencia ha aumentado la desregulación de la calidad de la educación, y la competencia, la cual desfavorece el concepto universal de educación. En comparación con países como Corea, con quien estábamos muy parecidos en los niveles educativos (también demográficos, por eso la comparación) hemos quedado muy atrás desde entonces.
Casi todos concordaron en la critica al Estado, y fueron muy poco críticos en cuanto al sistema en si. Juan Manuel Zolezzi, rector de la USACH, planteó que estaba de acuerdo con el lucro en la educación y criticó a la LGE por no incorporar a la Educación Superior. La caballería de la incertidumbre, es un titulo meritorio para esta nota, pues lo más impresionante fue que en la ronda de preguntas, cuando se les preguntó a los rectores: ¿qué es lo que viene ahora?, dieron respuestas de asombroso ingenio como “absoluta incertidumbre”, o “no lo sé”, todos menos Patricio Sanhueza, quien planteó que había que trabajar duro para mejorar el sistema.
Extraños seres rigen nuestra educación, carentes de ideas y visión, hay que actuar antes que revivan a gozila y nos masacren en la ignorancia.
ARTÍCULO: Reuniónde Rectores en la UACh
lunes, 15 de septiembre de 2008 Publicado por admin en 9:32 |VALDIVIA: Alza del pasaje de locomoción colectiva
martes, 9 de septiembre de 2008 Publicado por admin en 8:21 |Las cuentas del alma no se acaban nunca de pagar… letra de una conocida canción del cantautor panameño Ruben Blades. Canción triste pero con un ritmo que hace mover las caderas hasta al más estirado... Quizás hasta los más poderosos de nuestro país no se resistirían ante el sazón del caluroso ritmo centroamericano mezclado con un fuerte contenido político y social. Pero, ¿pensarán que el trasfondo de la canción los/as irónicamente los delata y acusa mientras bailan felices al ritmo del panameño?, ¿pensaran lo que sucede con las tantas cuentas del alma que a nuestro país le quedan por pagar?
“Nueva alza de tarifas en la locomoción colectiva” Uno de los tantos titulares que es común ver o escuchar hoy en día, una de nuestras tantas cuentas que pagar. Pero, ¿por qué? El petróleo dicen algunos, todo sube menos los sueldos, dicen otros, porque los micreros hacen lo que quieren, culpa del Transantiago y del gobierno, son sólo algunas de las muchas respuestas que podemos encontrar en las conversaciones sobre el tema con amigos/as, pares, mayores. Pero ¿éstos son los motivos reales del alza? o todo forma parte de un gran entramado de confusiones, que pareciera ser lo mejor para algunos que saben que la confusión, lleva a la frustración que finalmente llega a la resignación amarga (agria).
Quizás el punto común al que se llega cuando se piensa en un alza del transporte público, es el petróleo. Y si, éste es una arista importante del tema. En nuestro país las empresas distribuidores de combustible le compran a la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP). Empresa que fija los precios de acuerdo a los precios internacionales, entonces ¿Por qué la baja actual del precio del petróleo, no se logra percibir en los bolsillos chilenos? Esto ocurre por Fondo de Estabilización del Petróleo –según Nelson Martínez, asesor SERMI de Transportes y Telecomunicaciones de la Región de Los Ríos- que subsidia el precio del petróleo en Chile cuando existe un alza a nivel mundial, por lo tanto en esos momentos el precio de petróleo que pagamos es irreal. Por el contrario, cuando baja el precio internacional, se quita este subsidio, por lo que esta baja no se traduce inmediatamente en una baja para los consumidores. Paralelo a esto, está el derecho y la libertad de los empresarios microbuseros de realizar alzas en sus tarifas con la condición de dar aviso con treinta días de anticipación.
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A la combinación de estos dos elementos, a los cuales nos vemos enfrentados/as hoy, el gobierno, propuso ante el Congreso destinar recursos para subsidiar el transporte público a nivel nacional, incluyendo el tan controversial Transantiago. Esta propuesta fue rechazada en el Senado principalmente por la oposición, que al no entregar recursos destinados para subsidiar al transporte público a nivel nacional, obliga al gobierno a utilizar el 2% del presupuesto nacional destinado a ser utilizado solo en caso de crisis o catástrofes. Por lo tanto, se proclama y declara al Transantiago como una “catástrofe”, Esto significa que sólo se pueden utilizar esos recursos en pro del sistema de trasportes de la capital quedando el “resto de país”, una vez más, marginado.
En "provincia", como nuestra Región de Los Ríos, por lo tanto el precio de la locomoción no contará con el aporte estatal. Los precios de locomoción de $400 para adultos/as y de $200 pesos para estudiantes de la Educación Superior igualarán los precios de la “gran capital”, que, como grande que es tiene distancias bastante mayores y trayectos bastante más largos que el recorrido más extenso en nuestra ciudad como la línea de microbús No. 20 que alcanza unos modestos 39 km.
¿UACh se posiciona?
Bajo todo este ambiente controversial, y agitado, ¿qué ocurre en nuestra casa de estudios?
Al recorrer el paradero de micros de la UACh, se siente un ambiente más bien tranquilo, sin mayores disturbios, solo el agrupamiento momentáneo de aquellos estudiantes que se bajan apresuradamente de la micro, siguiendo rápidamente sus caminos con aquellos más tranquilos que se paran a conversar mientras fuman un cigarro. Dentro de esta mezcolanza de situaciones al preguntar sobre el tema, se observa el descontento generalizado en los rostros al pasar de rostros tranquilos a alterados así como en las respuestas informadas y criticas.
“Creo que es fundamental que nosotros como estudiantes, y a través de una Federación de Estudiantes, que bueno, a mi parecer no funciona muy bien, porque ya en este año llevamos dos alzas y, en ningún momento, se ha logrado ningún objetivo claro en pro de que no se produzcan estas alzas. Yo creo que como estudiantes deberíamos tener algún tipo de manifestación y decir algo al respecto” (Carlos Cardin, tesista Biología Marina, UACh).
Al escuchar tanta referencia a la Federación de Estudiantes de la Universidad Austral de Chile (FEUACH), organización que ha sido protagonista de más de una polémica en los últimos meses, lo que menos se podía hacer era ir y preguntar acerca de las acciones que planea llevar a cabo, asumiendo el descontento general de parte del estudiantado con respecto a esta nueva alza en la tarifa de nuestro transporte público
“Creo que dos alzas consecutivas en un año es algo que no se puede aceptar. Lo único que sabemos es que en términos legales el alza si se hace efectiva, dado que se avisó con un mes de anticipación. Está totalmente dentro de la legalidad.” Rodrigo Macías, secretario de la FEUACh.
En cuanto a acercamientos con las autoridades de nuestra casa de estudios en relación al tema que nos preocupa, Rodrigo Macías, sostiene que se ha conversado del tema y que están conscientes de la actual situación y se quiere trabajar en conjunto con la FEUACH no sólo por el estudiantado sino por toda la comunidad.
Las autoridades, claro ¿qué pensaran las autoridades? Por lo indagado, parece que en el principal núcleo de autoridades las informaciones son dispares. El Vicerrector Académico, Dr. Oscar Galindo, declara estar bastante preocupado por el impacto que esta alza provocará en los estudiantes, haciendo especial énfasis en aquellos de más escasos recursos. Y espera llegar a tener conversaciones tanto con el Ministerio de Transportes, el gremio de micobuseros y la Federación de Estudiantes para ver como aminorar esta problemática que en palabras del vicerrector “…resulta insólito que el alza alcance los $200 pesos para los estudiantes de la educación superior”.
Luego de esta declaración que nos muestra una preocupación de parte del Vicerrector Académico por sus estudiantes, resulta insólito, por decir lo menos, que al acercarnos a la directora de la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE), profesora Angélica Aguilar y, luego al Rector de nuestra casa de estudios, Dr. Víctor Cubillos, y consultarles acerca de ésta problemática, que es un tema importantísimo en la contingencia nacional, de una gran preocupación de gran parte del país, nuestras principales autoridades, nos respondiera que no tienen conocimiento sobre ningún alza de precio de la locomoción colectiva, diciendo: “no estamos enterado de esto”, “¿cuándo se dijo eso?”, “permítame averiguar bien sobre el tema y de ahí te doy una entrevista”
Resulta por decir lo menos, decepcionante que las autoridades que están encargadas de la toma de decisiones que nos afectan a todos como estudiantes tengan un desconocimiento sobre el alza que nos afectará a todos, tanto estudiantes como a la comunidad valdiviana en general, y que se hace efectiva este lunes 5 de Septiembre, 2008.
MICREROS/ESTUDIANTES eliminando fronteras
Yo creo que ese va a ser la reacción de los estudiantes más que nada de descontento y yo creo que el paso más inmediato va ser organizarse para ver que va a pasa, hablar con los empresarios transportistas, con el ministerio del transporte para poder ver que se puede hacer en el tema. (Secretario FEUACH).
Hasta ahora, la organización estudiantil y el gremio de microbuses no se han tenido ninguna conversación: “Estuve llamando al presidente de la FEUACh, Rodrigo Leiva, para hablar de esto, y no me contestó en todo el día”. (José Alavi, Presidente Asociación de Dueños de Taxi buses Valdivia). Al parecer, la Agrupación de Conductores de Taxi buses de Valdivia, conformada por 160 choferes, el 50,8% de los 300 que hay en total, si tiene intenciones de conversar, y bastante. Con una opinión crítica sobre el alza de precio y con una base bastante informada sobre el tema, declara: “estoy en desacuerdo porque es mucha el alza y queda muy poco del año estudiantil…“Buscamos que se valore este trabajo, que se dignifique. Los vehículos están dañados, no se puede cobrar $ 400 con las goteras y los asientos rotos”, asimismo plantea la necesidad de crear un organismo que supervise el alza de los precios. En cuanto a los subsidios que entrega el gobierno, dice que “no ayudan a los conductores en si”.
Las opiniones anteriores constituyen un buen comienzo para comenzar a derribar estereotipos que muchas veces se forman en torno a los choferes de micro y los estudiantes con respecto a la mala relación entre ambos.
Quizás ya sea hora de articularnos como diferentes entes de la sociedad que se nos pasa a llevar: estudiantes, la comunidad completa, incluyendo a los trabajadores de la locomoción colectiva, que muchas veces se ven obligados a subir el pasaje por un mal funcionamiento del rol de los encargados del bienestar nacional, quienes hacen una política irreal, alejada de las necesidades y preocupaciones concretas de la gente, una política basada en declaraciones y discusiones entre unos y otros acerca de sus propios intereses, más que cumplir su responsabilidad de garante del bienestar de “toda” la población chilena, que hoy día requiere respuestas concretas y reales.
Un ejemplo de esta unión es la labor realizada por la corporación de Desarrollo del Biobío (Corbiobío) que el pasado jueves 04 de septiembre comenzó la campaña de recolección de firmas que se llevará al palacio de la moneda el día lunes 08 de septiembre, para ser presentada a la Presidenta Michelle Bachelet, a favor de un subsidio equitativo al transporte público para la región del Biobío. Ya que temen que el gobierno tras inyectar recursos destinados Transantiago luego de la decisión del ejecutivo por utilizar el 2% del presupuesto para enfrentar situaciones de crisis, se deje de lado el subsidio para la locomoción publica en regiones.
Si no se toman en cuenta ejemplos como este, parece que terminaremos todos bailando infinitamente al son del ritmo de Ruben Blades, las cuentas del alma no se acaban de pagar…
CELE
…DEL ÁRBOL AL ESTANQUE,
Una de las industrias más conflictivas hoy se posiciona como una potente productora de energía. El sector forestal –o dígase las 3 mayores compañías, unidas- se presenta en esas condiciones a la conquista de un jugoso monto estatal, que les permitirá desarrollar un mercado que servirá de respiro, limpio, libre de CO2. Es el negocio de la “energía verde”, que entrará en Chile con potencia una vez conocido el ganador de tal incentivo. Pero, ¿es realmente energía “verde-verde”?
Corría el año 2007 cuando un peculiar artículo de opinión del veterano revolucionario Fidel Castro Ruiz traspasaba las fronteras naturales de la isla cubana. En él, vaticinaba una suerte de crisis social que generarían los biocombustibles a partir de productos agrícolas, proyectos energéticos impulsado por Estados Unidos e imitado por distintos gobiernos del mundo. Aquella reconocida voz mundial generó revuelo al criticar, en aquel tiempo, una alternativa “ecológicamente correcta” frente a los combustibles fósiles.
Justamente, la crisis global energética se acentuaba –y lo sigue haciendo- por el alza creciente del precio de los barriles de petróleo (con reservas cada vez más escasas) y por el cuestionamiento a su uso indiscriminado, ya que aporta más del 70% de la emisión de Dióxido de Carbono (CO2) a la atmósfera, transformándose en el principal compuesto responsable del deterioro de la capa de ozono e incremento del Efecto Invernadero.
Chile, en este contexto aunque desentendiéndose de las críticas del cubano, no apostó por aquella propuesta “verde” que se transformó en una moda planetaria. La presidenta Michelle Bachelet optó por paños fríos, en un escenario local no menos caldeado ante las discusiones sobre las matrices energéticas que garantizarían el desarrollo económico del país. Eso sí, no se abandonó la idea de los biocombustibles.
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MADERAS EN LA MIRA
La Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) comenzó a incentivar, desde el año 2005, el desarrollo de proyectos de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) para potenciar la diversificación energética a partir de la utilización de recursos naturales, apostando a energías eólica, solar, hidráulica (a pequeña escala), geotérmica y de biomasa.
A partir de este momento los combustibles de origen biológico (biodiésel y bioetanol, principalmente) se instalaron como potencial alternativa, aunque desde hace décadas que se han desarrollado en distintos rincones del mundo. Su estudio y aplicación no se limita a los últimos años de permanente histeria energética y discusiones varias, sino que son parte de las alternativas propagadas desde las crisis energéticas que han azotado al mundo desde los años 70.
Su obtención es por medio de un tratamiento “quirúrgico” de residuos orgánicos de maderas y plantas, más que del uso completo de estos elementos.
Según Francisco Burgos, académico de la Universidad Austral de Chile y especialista en la materia, la gran ventaja de estos productos es que tendrían un impacto cero en el medioambiente, porque “en la generación de CO2 –que es el principal producto de desecho que produce la quema de éstos combustible- y todo el carbono que se emana, en algún momento una planta lo tomó de la atmósfera”. Eso quiere decir que “la sumatoria de lo que toma la atmósfera y lo que devuelve en quemarlo es, en teoría, cero, o por lo menos mínimo”, afirma.
Sin embargo, el no optar por agrocombustible se puede considerar un acierto chileno. Medio a medio con las predicciones de Castro, un informe del Banco Mundial publicado este año afirmaba que los biocombustibles a partir de productos agrícolas -como el trigo o maíz- serían responsables del alza del 75% del precio de los alimentos del planeta, provocando con ello una crisis alimentaria que sacudió fuertemente a los países más pobres del mundo, pero también en las economías familiares de todo el planeta. Así, la apuesta ecológica mostró su peor contraparte social: la hambruna de millones de personas.
La sustitución de alimento por combustible pasó del reproche ético a la cuenta política de decenas de gobiernos, mientras el país ya desarrollaba otros planes para el desarrollo energético. Más bien, se dejó llevar por la alternativa de interés mundial respecto al uso de residuos forestales para la producción de etanol y diésel.
La biomasa forestal, eso sí, se ha usado de diferentes maneras para generar energías. La dendroenergía es la más común, por medio del uso de leña para la calefacción doméstica en el sur de Chile; también los pellets, que son producto de un proceso industrial más complejo y con menos impacto medioambiental, pueden orientarse de la misma forma. Pero la apuesta mayor, la carta bajo la manga, es la utilización de la madera en todo su potencial.
“El tema está en que tu puedes usar llegar y quemar leña, y usarla directamente por combustión; pero en este caso estás desaprovechando la posibilidad de usar realmente, en forma más focalizada, ciertos elementos del árbol”, comenta el investigador del Centro de Estudios Ambientales, Teodoro Kausel. “El árbol –agrega- no es homogéneo, sino que muy heterogéneo”.
Según agentes de la sede Región de Los Ríos de la Corporación de la Madera (Corma), la obtención de biocombustibles a partir de biomasa forestal “permite utilizar subproductos de la madera como aserrín, corteza, virutas, polvo lija y lignina extraída de la madera (denominado licor negro), abriendo el campo de producción de energía”.
En este sentido, el tratamiento de la lignina es el desafío y la apuesta de distintos productores de biocombustibles en el mundo. El especialista forestal Patricio Basaure la define como una “sustancia amorfa” que posee “propiedades aglutinantes que conforman la consistencia fibrosa de las maderas”. Según el comentarista de la sección “Ecología Social” de rebelión.org, Carmelo Ruiz-Marero, “la lignina es la sustancia que da firmeza a plantas y árboles”, transformándose en uno de los mayores obstáculos a la extracción de celulosa y en un desafío para las compañías papeleras, implicando un grueso de desecho inutilizable que queda del proceso forestal.
“El tema es utilizar la biomasa que hoy no tiene valor, valorizar su uso y diversificar la matriz energética de Chile”, argumentaba en el año 2006 Aldo Cerda, Gerente de Área Forestal de Fundación Chile, al momento de plantear uno de los desafíos del sector en el área biocombustible. En la edición 90 de la revista LIGNUM -aparato comunicacional de los grupos forestales del país-, Cerda agrega que “la tecnología eficiente hoy existe y el tema pendiente va a ser consolidar una oferta económicamente viable”.
EQUIPOS EN CANCHA
Quizás considerando esta realidad, la presidenta Bachelet abordó tácitamente este tipo particular de generación energética, durante los dos últimos discursos anuales del 21 de Mayo. Mientras en el 2007 anunciaba la decisión de no aplicar el impuesto específico a los biocombustibles y la creación en la ENAP de un poder de compra de biodiesel para mezclarlo con diesel, durante el 2008 hilaría más fino: “este mes publicamos la norma que permite su comercialización en mezcla con gasolina o diesel. Y con miras a producir estos combustibles aquí en Chile, usando nuestros propios recursos, creamos un consorcio tecnológico para desarrollar etanol en base a residuos forestales. Es decir, vamos a desarrollar biocombustibles de, los así llamados, segunda generación, de los que no afectan los precios de los alimentos”, declaró.
Fue en el mismo mes de mayo del 2008 cuando se publicó la norma que, sin implicar cambios o modificaciones a los motores, obliga a los productores de biodiésel a mezclar de 2 a 5% su producto con la gasolina. Además, se llamó a postular a fondos estatales donde se invertirá más de 6 millones de dólares en un consorcio público-privado para que investigue, desarrolle y comercialice biocombustibles de segunda generación. Humilde monto, si se consideran los 125 millones de dólares financiado por el Departamento de Energía de Estados Unidos a laboratorios que tienen como misión convertir biomasa lignocelulósica en combustible.
Los consorcios que se presentaron a este concurso local canalizado por Innova Chile de CORFO –que entregará los resultados durante la segunda semana de septiembre de este año- han sido constituidos por distintas instituciones y empresas de peso pesado, y el que se adjudique el monto principal obtendrá un tope de cofinanciamiento de 3.150 millones de pesos.
Por un lado está Bionercel, compuesta por los colosos forestales Arauco (grupo Angelini), CMPC (Grupo Matte) y Masisa (relacionada con el filántropo suizo Stephen Smithhainer), en compañía de Fundación Chile y las universidades de Concepción y Católica de Valparaíso. El consorcio contó con un presupuesto original de 5.200 millones de pesos, y según el gerente de Asuntos Corporativo y Comerciales de Arauco, Charles Kimber, el desarrollo de estos combustibles es “una oportunidad única de convertir a Chile en un líder de innovación”. Su apuesta principal es por el bioetanol a partir de fermentados de celulosa, y el desarrollo de biorrefinerías (que en la actualidad se encuentran a nivel de planta piloto, y espera concretarse a finales del 2009). Por otro lado, está la sociedad ForEnergy, conformada por la estatal Empresa Nacional de Petróleo (ENAP), Consorcio Maderero y la Universidad de Chile. El énfasis de este consorcio es la generación de biodiésel.
En este choque de gigantes, el vencedor no sólo tendrá la responsabilidad de aportar a satisfacer la demanda por biocombustible proyectada para el 2014, que bordea los 5.378 mil metros cúbicos (apuesta para disminuir las importaciones de gasolina y diésel, y la emisión de CO2); también tienen la oportunidad de erigirse como uno de los pioneros en una industria naciente, relacionada con el mercado de la energía “verde” en el país.
BILLONARIOS PENSANDO EN OTROS VERDES
La fusión entre los sectores forestal y energético se presenta como una de las mejores salidas para el Estado chileno en el contexto de crisis energética, ya que esta misma industria forestal se constituye como una de las piedras angulares de la economía nacional. El sector forestal aporta cerca del 13% del valor total de las exportaciones del país, llegando a ser la tercera actividad más importante. Dentro de los 8 productos “estrella” que se exportan al mundo, 3 derivan de ésta industria.
Los grupos económicos ligados a la explotación de los recursos forestales, en tanto, han hecho gala de estas cifras, logrando 2 de las 3 familias más ricas del país acapararse con gran parte de la industria y de los terrenos plantados. Sus negocios se han visto favorecidos por los acuerdos de apertura económica firmados por los gobiernos de la Concertación (como los Tratados de Libre Comercio), exportando con facilidades a las economías del primer mundo. Muchos de estos grupos han mantenido buenas relaciones con los gobiernos post dictadura.
La familia Angelini, propietaria de Celulosa Arauco y Constitución –y del holding Copec, entre otras-, es uno de los mayores productores de celulosa del planeta. Esto le ha significado estar en la lista de los más ricos del orbe, ubicándose en el lugar 119 según la revista Forbes (ranking 2007). En el 2005, poseían 740 mil há de plantaciones forestales en el país, y otras cientos de miles en países sudamericanos. A este imperio se le suma el de la familia Matte, dueña del holding CMPC, entre otras empresas. Ambos controlan cerca del 60% del mercado forestal chileno, y se han unido bajo el consorcio Bioenercel.
“Es posible que las empresas hayan visto un posible buen negocio, ya que ellos usan una parte del árbol solamente y hasta ahora habían dejado tres cuartos de biomasa que generaban para celulosa. Es positivo, porque implica un uso eficiente de los recursos”, explica el economista Teodoro Kausel ante la incursión de estas empresas en el rubro energético.
Sin embargo, Kausel agrega que, tal vez, no sea tanto para ganar eficiencia, sino para evitar la competencia. “Quizás piensen que es mejor meterse o sino llegarán otras empresas que se dedicarán a la energía, y eso podría generar problemas con el abastecimiento de la celulosa, con los precios de la madera, etc. El Estado, en este sentido, no se puede confiar”, afirma.
Francisco Burgos, en tanto, no se muestra desconfiado, y asegura que es muy buena idea, ya que “ellos tienen la capacidad técnica para llevarla a cabo al más breve plazo. Se han ido asociando, y yo creo que no es malo siempre cuando se tengan los cuidados medioambientales correspondientes”.
CRÍTICAS LATENTES
El ingreso de los grandes grupos del sector forestal al área energética no es nuevo, pero dados los cuestionamientos a sus conflictos sociales y ambientales provocados en distintos territorios del mundo y en Chile, se presta para suspicacia de diversas personas y organizaciones. Muchos se preguntan si es capaz de desarrollar energías sustentables un modelo forestal que raya en lo conflictivo.
Domingo Marileo, Eliana Catalán Lincoleo, Israel Aillapán y otros dirigentes Mapuche, luego de escuchar la propuesta difundida el 21 de Mayo del 2007 por la propia presidenta Bachelet, decidieron emitir una declaración pública donde condenaban “su fiel apoyo a potenciar la producción Forestal y la generación de biocombustibles en la zona centro sur de Chile, en desmedro de la lucha reivindicativa del pueblo Mapuche”.
Claro está que el apoyo estatal a esta forma de producción energética no es bien recibido por sectores de la población que han estado en permanente conflicto con el sector forestal. Pero hay quienes ven en éstas ventajas fiscales de los gobiernos –que se han generalizado en Latinoamérica- una oportunidad para las petroleras de seguir el negocio, como lo es el caso de Petrobrás en Brasil, Total en Europa y Copec en Chile.
Otro tema que preocupa es la expansión del monocultivo. La Red Latinoamericana Contra Monocultivos de Árboles (RECOMA), en un informe elaborado este año, informa que “extensas áreas de bosque nativo en Chile y en las regiones de Mata Atlántica y Cerrado en Brasil han sido destruidas por plantaciones de monocultivo de árboles”, con el fin de producir celulosa o aceite de palma. Las consecuencias de esto, afirman, son similares en todos los lugares: la de “mayor riqueza y poder para unas pocas empresas nacionales y extranjeras y mayor pobreza para las comunidades locales”.
En este sentido, Kausel explica que no se puede decir a priori que el monocultivo se va a acentuar con la generación de biocombustible. “Evidentemente se podría generar dos cosas: o se acentúa el monocultivo de pino y eucalipto, o bien se produce cierta variedad, que sería interesante desde el punto de vista energético”, comenta.
Charles Kimber, gerente de Celulosa Arauco, aclara el panorama en una entrevista a un medio de comunicación nacional: “se podría contar con incentivos para crear nuevas masas boscosas que se destinen a biocombustibles, aprovechando terrenos que hoy no están siendo utilizados. Hoy no contamos con masa boscosa para generar suficiente bioetanol de manera de impactar en el mercado”.
Fidel Castro, aún siendo Presidente de Cuba pero instalado en un hospital de la isla, recalcaba en su artículo de crítica a los agrocombustibles que “reducir y además reciclar todos los motores que consumen electricidad y combustible es una necesidad elemental y urgente de toda la humanidad. La tragedia no consiste en reducir esos gastos de energía, sino en la idea de convertir los alimentos en combustible”.
El mítico líder, más allá de los juicios frente a su obra e imagen, se adelantó a la crisis alimentaria difundida tímidamente durante este 2008 por los mass media. En tanto, otros personajes mundiales han advertido sobre los riesgos de sobreincentivar la producción forestal, particularmente la concentrada en algunas cuantas propiedades. No hacer caso omiso a esas voces, no vaya a ser cosa de que, otra vez, por mirar el árbol más cercano olvidemos divisar el bosque. Recuerden que sabe más el diablo por viejo que por diablo.